En diciembre de 1992 empezamos a abrir los fines de semana. Mis padres, Manuel Azcorra y Miriam Rejón Osorio, y mi abuelita Noemí Osorio López, me ayudaron mucho con las recetas de los guisos, la cocina y las compras.
Con la visita del Papa Juan Pablo II, en agosto de 1993, comenzaron a llegar más visitantes a Izamal y con ellos la inquietud de impulsar el sector turístico.
Empezamos a abrir todos los días y hasta hoy no hemos cerrado uno solo. Y colaboramos con las autoridades municipales para crear la Dirección del Turismo municipal y promover más a Izamal como destino turístico.
Aunque tenía otros trabajos, el principal era el Restaurante Kinich, por ser algo propio.
Le compramos la casa a mis papás, reinvertimos, tuvimos apoyo familiar y del gobierno estatal.
Expansión
Poco a poco se notó el aumento de visitantes. Al principio ver uno era algo extraordinario. Por eso, me decían que trabajaba para nada, porque en Izamal no había nada. Pero vi a futuro que esto iba a ser negocio. Ahora llegan clientes de Mérida, de los alrededores, de Cancún y de Europa.
Izamal tiene el convento del S. XVI, pirámides precolombinas, áreas coloniales y modernas, y el Espectáculo de Luz y Sonido, que ya se promueven, y cada vez nos llegan más visitantes.
El personal
La mayoría ha trabajado muchos años conmigo. Son personas muy responsables en el servicio, pendientes del cliente, cuidadosas con los detalles y con la higiene.
Artesanías
En la parte delantera hay una amplia estancia, en donde los visitantes pueden admirar y adquirir una variedad muy amplia de artesanías de la región.
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